UNIDAD 7 ¡Qué bonito!
IMPORTANCIA DE CUIDAR LA NATURALEZA Y DE DEJAR TODO RECOGIDO CUANDO SALIMOS AL CAMPO
Cuento . Un día de campo
Los padres de Marta y Pablo habían prometido llevarles
al campo.
—Va a hacer un día
estupendo. Mirad qué sol —dijo
la madre nada más
levantarse—. Ya veréis qué bien
lo pasamos. Será la
primera excursión de Lucía.
Mamá cogió una
mochila y papá, la hamaca de la
pequeña.
Todos se echaron a
andar.
—Me canso. ¿Queda
mucho? —preguntó Pablo cuando
llevaban un rato
andando.
—¿Veis ese árbol
en flor? —dijo papá.
—¡Todos los
árboles están en flor! —exclamó mamá—.
¡Es primavera!
—Digo ese de ahí
—señaló papá—. Pararemos a comer
ahí.
—¡Qué bien!
—exclamó mamá, secándose el sudor
de la frente—. ¡A
la sombra!
En un momento,
pusieron la comida sobre el mantel.
—¡Tortilla de
patata! —dijo Pablo.
—¡Bocadillo de
queso! —añadió Marta.
Después de comer,
mamá sacó una bolsa de basura
de la mochila y
dijo:
—Venga, vamos a
recoger. El campo debe quedar igual
que antes. Lo hizo
y…
Nada más meter los
desperdicios a la basura, papá cogió
el mantel y lo
sacudió.
—¡Papá! —le
riñó Marta—. ¡Has tirado las migas al suelo!
—No te preocupes.
Mira —el papá de Marta señaló al
suelo. Una fila de
hormigas estaba recogiendo las migas.
—Igual a las
hormigas les gusta el zumo. ¿Y si les
dejamos la botella
que ha sobrado? —preguntó Marta.
—No, hija. Las
hormigas no beben en botella.
Cuando todo estuvo
recogido, se pusieron a jugar
al escondite.
Papá se colocó al
lado de la hamaca donde dormía Lucía
y se puso a contar
mientras los demás se escondían.
Cuando acabó de
contar, por primera vez en mucho
tiempo se hizo el
silencio. Desde su escondite, Marta
escuchó el balido
de una oveja. ¿Sería Sara con su rebaño?
Marta no pudo
aguantar la curiosidad y se asomó.
—¡Marta, te he
visto! —dijo papá.
—Vaya —se quejó
Marta—. Y encima no era el rebaño
de Sara.
Poco después, las
ramas de un arbusto cercano se
movieron.
—¡Mamá, te he
visto! —dijo papá.
Solo faltaba Pablo.
Pero nadie, ni papá, ni Marta, ni mamá,
encontraban a Pablo
por ningún sitio.
Pasaban los minutos
y empezaron a estar muy
preocupados.
—¡Pablooooo!
¡Pablooooo! —gritaban.
—¡Sal, Pablo!
¡Has ganado tú! —decía papá
Pero Pablo no
aparecía.
De repente se oyó a
lo lejos la voz de Marta.
—¡Mamá, papá!
¡Lo he encontrado! Está detrás de esta
roca. ¡Se había
quedado dormido! ¡Igual que Lucía!
Tarea
- Repasar los números.
-Colorear con rotulador el borde que rodea la bolsa de basura.
-Estampar huellas de color blanco en la copa del árbol para simular flores. se puede hacer también dibujando flores.
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